Las 5 creencias que escuchamos con demasiada frecuencia en FRANCHISEBIZ
Cuando una marca logra consolidar su franquicia en su mercado doméstico, la idea de expandirse internacionalmente surge de forma natural. Llegan solicitudes, aparecen candidatos y la tentación es grande: “Solo tenemos que duplicar el modelo.”
Precisamente ahí es donde vemos los primeros obstáculos.
En FranchiseBiz dedicamos mucho tiempo a cuestionar estos reflejos con nuestros clientes. La expansión internacional no es una reacción oportunista: es una estrategia que debe construirse paso a paso, con decisiones claras y una dirección definida.
A continuación, presentamos las cinco creencias que detectamos con más frecuencia — y por qué frenan el éxito de las marcas en su desarrollo internacional.
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“Lo que funciona en mi país funcionará en otro”
Es, sin duda, la creencia más extendida. Muchos piensan que el éxito en Francia garantiza el éxito en Bélgica, Suiza, Italia o España. Pero un concepto nunca es universal.
Cada país tiene sus propias reglas del juego:
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El consumidor no tiene las mismas expectativas ni el mismo poder adquisitivo.
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Las estructuras de costos (alquiler, salarios, cargas sociales) cambian completamente la ecuación.
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La competencia puede ser intensa — y muchas marcas ni siquiera conocen el nombre de sus competidores locales, a menudo consolidados desde hace generaciones — o, por el contrario, inexistente, lo que exige una estrategia totalmente diferente.
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La normativa (alimentaria, urbanística, laboral, de franquicia, de certificación, etc.) impone adaptaciones significativas.
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La percepción del modelo de franquicia varía de un país a otro.
Donde algunos ven una “oportunidad”, nosotros vemos hipótesis que deben validarse.
El objetivo no es soñar con un mercado, sino definir criterios claros de go/no-go: tamaño del sector, madurez de la demanda, accesibilidad inmobiliaria, costes operativos, potencial de socios, etc.
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“Solo necesitamos encontrar un Master”
Muchas marcas ven la master franquicia como una forma sencilla de “delegar” el desarrollo en un país desconocido. Se firma, se cobran los derechos y el socio se encarga del resto. En teoría suena atractivo. En la práctica, suele generar decepciones.
Un master franquiciado no es un simple inversor que compra derechos. Es un coemprendedor que debe construir la marca en su país. Su papel es complejo:
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Reclutar y formar franquiciados.
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Desarrollar un pipeline inmobiliario.
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Invertir en marketing local.
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Garantizar la calidad y el cumplimiento del concepto.
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Construir un equipo capaz de gestionar una red multisede.
Pero incluso el mejor master no puede hacerlo todo solo. La central debe seguir implicada: acompañar, formar, aportar herramientas, controlar la calidad y compartir una visión común.
La master franquicia es una herramienta poderosa… pero no un atajo. Requiere el mismo nivel de exigencia y presencia que cualquier otro modelo de colaboración.
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“Adaptaremos el modelo más adelante”
Es una tentación frecuente: exportar el concepto tal cual y ajustar después. Pero una adaptación tardía sale cara y frena el desarrollo.
Es esencial preparar un marco sólido desde el inicio, pero también aceptar que el terreno aporta aprendizajes valiosos: expectativas de los clientes, percepción de precios, respuesta al marketing y limitaciones operativas.
De ahí la importancia de una verdadera fase de prueba:
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Abrir dos o tres puntos de venta en contextos diferentes (centro comercial, calle principal, periferia).
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Elegir regiones o ciudades contrastadas para observar cómo reacciona el concepto según la zona.
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Formalizar hipótesis claras (tráfico, ticket medio, reclutamiento, cadena de suministro).
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Organizar revisiones periódicas entre la sede y el socio para analizar resultados y ajustar rápidamente.
Pocas marcas dedican tiempo a este proceso, aunque condiciona el éxito de un desarrollo sostenible.
- “Los leads entrantes prueban el interés por la marca”
Pensar que responder a candidatos extranjeros equivale a una estrategia internacional. En realidad, no es una estrategia, es azar.
Las consecuencias suelen ser las mismas: implantación en el país equivocado, con el socio inadecuado, y una marca que se agota antes de encontrar su mercado.
La lógica debe ser la inversa: la marca debe elegir sus mercados, no al revés. Eso implica:
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Definir una hoja de ruta clara: qué países son prioritarios y por qué.
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Establecer criterios objetivos para elegir el modelo de colaboración (franquicia, joint venture, master, etc.) y seleccionar socios en función de las zonas elegidas.
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Asignar un presupuesto específico a las zonas prioritarias… ¡y luego duplicarlo!
Un lead entrante puede ser una oportunidad, pero solo si cumple con los requisitos de la marca. De lo contrario, es una distracción que consume tiempo y energía.
Una expansión exitosa siempre comienza con una estrategia elegida, no con un formulario de contacto.
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“La rentabilidad debe llegar con el primer punto de venta”
Demasiadas marcas abordan la expansión internacional pensando que el primer punto de venta franquiciado debe ser rentable de inmediato. Es una visión atractiva… pero poco realista.
Cada país tiene sus propias limitaciones: alquileres, salarios, impuestos, costes de construcción o hábitos de consumo. Esperar una réplica exacta del modelo doméstico es un error.
Y, sobre todo, creer que el primer franquiciado debe soportar solo el peso del lanzamiento es peligroso. Un mercado no se conquista con una única apertura. Se necesita tiempo, ajustes y un verdadero compromiso de la marca.
En la práctica, esto significa:
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Prever una inversión país por parte de la central (adaptación de la oferta, aspectos legales, marketing, soporte operativo).
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Aceptar una fase de crecimiento progresivo donde la rentabilidad se construya paso a paso.
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Evaluar el rendimiento a nivel de red (10, 20, 30 unidades) y no de un solo punto.
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Ajustar royalties y fees de forma evolutiva, dejando tiempo al mercado para consolidarse.
En expansión internacional, el verdadero éxito llega para quienes saben invertir a largo plazo: construir hoy las bases para cosechar mañana.
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En resumen
La expansión internacional no perdona la improvisación. Las marcas que triunfan son las que eligen sus mercados con método, adaptan su modelo, seleccionan los socios adecuados e invierten junto a sus franquiciados.
En FRANCHISEBIZ ayudamos a las marcas a pasar de oportunidades espontáneas a una estrategia internacional clara, estructurada y sostenible.
Si deseas revisar tu enfoque de desarrollo worldwide, no dudes en contactarnos.
Founder & CEO at FranchiseBiz